9.1. La familia
Aunque la sociedad era muy tolerante, la familia compuesta por una
pareja con sus hijos se consideraba el modelo ideal.
La mujer: mantenía una cierta independencia e incluso su trabajo:
había comadronas, tejedoras, intendentes, o bien colaboraban con el
negocio de su marido. Adquirían rango al casarse y en la el peinado
y maquillaje. En las pinturas que nos han llegado, mientras la piel
de los varones se representa morena, la de las mujeres de clase alta
es de tono más pálido. Ello servía para indicar su alto status y
para indicar tanto que permanecían resguardadas del sol en la casa,
como que podían pagarse los cosméticos. Otras versiones indican que
era un símbolo de pureza, casa eran las que organizaban todo. Solían
prestar mucha atención a su aspecto, mimando especialmente belleza y
de inactividad con respecto a los hombres, a los que se les
representaba siempre con un tono más oscuro de piel.
Matrimonio: El matrimonio egipcio no existía como tal, ni
siquiera se celebraba una ceremonia civil, simplemente dos jóvenes
decidían trasladarse a vivir juntos.
La edad de la novia era de 14 ó 15 años y la del novio de 17 ó
20, mayor si era divorciado o viudo, se casaban jóvenes porque la
vida en ese tiempo era relativamente corta.
Muchas de estas uniones eran concertadas por los padres.
La palabra más afectuosa que se le podía llamar a su amor era
"hermano o hermana", que no tenía nada que ver con las
relaciones incestuosas, aunque entre la realeza se celebraban
matrimonios entre hermanos.
No era necesario pero la mayoría de matrimonios tenían un
contrato establecido entre las partes.
Las clases más pobres no solían hacerlo, probablemente porque
tenían pocas posesiones y el coste de un escriba era alto.
La única finalidad del contrato era el derecho de ambas partes en
el mantenimiento y posesiones durante el matrimonio y después del
divorcio en caso de producirse.
La mujer tenía los mismos derechos de poseer, administrar y
recibir los bienes.
La monogamia con la excepción de algunas clases altas era la
regla común para las parejas del antiguo Egipto.
El día de la boda era muy sencillo, la novia trasladaba sus
pertenencias a casa del novio, él podía vivir solo o con sus
padres.
A pesar de no haber ceremonia oficial celebraban un banquete con
música, danza y comida en honor de la nueva pareja.
La monogamia o la poligamia eran una cuestión práctica, sin
trascendencia jurídica o moral: al tener la esposa e hijos el
derecho a parte del patrimonio del marido, esta cuestión influía en
la decisión de tener o no una segunda esposa, o que ésta fuese una
esclava.
Divorcio: era también cuestión privada, podía ser solicitado
por cualquiera de los cónyuges, por motivos tan amplios como el
adulterio, la esterilidad e incluso la fealdad de la esposa. Si
previamente se habían delimitado los bienes de los dos cónyuges en
el contrato privado realizado por un escriba, ella podía recuperar
los suyos, y si no poseía nada, siempre podía volver con sus
padres.
Sexo: había una gran libertad, como se refleja en numerosos
escritos y en la moda: las mujeres (a excepción de las reales, que
se tapaban para no tomar el sol), al igual que los hombres iban con
el torso desnudo en la primera época aunque había empleos en que
iban desnudos: carniceros, marineros, sirvientas, etc. Las relaciones
no estaban controladas, el incesto era habitual en la familia real y
ni siquiera el adulterio de la mujer estaba penado, en el peor de los
casos le costaba un divorcio, aunque en algunos papiros se relatan
casos de pedradas ante el adulterio de la mujer. El único tabú era
el considerar la menstruación impura, al extremo de dispensar a
ciertos trabajadores de acudir a su puesto durante los días en que
la tenía su esposa.
Hijos: eran deseados, aunque debido a la alta tasa de mortalidad
de las mujeres en el parto, se usaban anticonceptivos para evitar
embarazos seguidos. Los niños eran mimados y educados sin distinción
de sexo y muchos aprendían a leer y escribir.
Matrimonios únicos y múltiples
Los egipcios eran monógamos, pero no existía ninguna prohibición
sobre matrimonios múltiples, la monogamia ya se documenta a partir
de épocas predinásticas. La capacidad productiva de una mujer tuvo
que ser elevada si lo comparamos con el coste de su mantenimiento,
esto debió de ser evaluado por los hombres a la hora de tener más
de una esposa. Si un marido era muy rico, también podría tener
concubinas, pero la esposa principal disfrutaba de una preferencia
especial. Las concubinas no tenían ningunos derechos legales y
podrían ser despedidas.
En teoría no había ningún límite de esposas, pero en la
práctica esto dependía del medio económico del hombre. La mayor
parte de los egipcios se contentaba con tener sólo una esposa. El
matrimonio era un asunto caro para el hombre, y el sistema de
contrato proporcionó unas salvaguardas de gran alcance para los
derechos materiales de las esposas y niños de tal manera que la
mayor parte de los hombres sólo podrían permitirse una esposa a la
vez.